A partir del siglo XII, el Rito Romano incorporó que el
sacerdote impartiera la bendición al final de la Misa, cuando aún se encontraba
en el altar, con la fórmula que todavía hoy se usa: “La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo”.
En la Edad Media se buscó que la bendición final fuera
distinta despendiendo de si celebraba un obispo o un sacerdote, por lo que el
obispo bendecía con la mano, mientras que los sacerdotes lo hacían con algún
objeto sagrado, como un crucifijo. Con el tiempo, se quitó este objeto, pero se
diferenció la bendición del obispo con la del sacerdote porque se agregan
invocaciones al Nombre del Señor antes de que bendiga el obispo.
Actualmente la bendición del obispo es de la siguiente
forma. Con mitra dice: “El Señor esté con ustedes”, a lo que se responde “Y con
tu espíritu”. Luego dice: “Bendito sea el nombre del Señor”, a lo que se
responde “Ahora y por siempre”. El obispo dice: “Nuestro auxilio es el nombre
del Señor”, y se responde “Que hizo el cielo y la tierra.” En ese momento toma
el báculo con la mano izquierda y dice:
“La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo, y Espíritu descienda
sobre ustedes”, mientras traza una cruz en la mención de cada Persona Santa: la
primera a la izquierda, a continuación en el centro, y finalmente a la derecha.
En la forma tradicional la bendición es distinta:
1.- El obispo, con mitra, dice: “Dominus vobiscum” (El Señor
esté con ustedes), a lo que se responde “Et cum spiritu tuo. (Y con tu espíritu).
2.- El obispo se hace una cruz en el pecho con la mano
derecha mientras dice Sit nomen Domini benedictum. (Bendito sea el nombre del
Señor), a lo que se responde “Ex hoc
nunc et usque in sæculum” (Ahora y por siempre).
3.-El obispo se santigua mientras dice “Adjutorium nostrum
in nomine Domini” (Nuestro auxilio es el nombre del Señor), a lo que se
responde “Qui fecit cælum et terram” (Que hizo el cielo y la tierra).
4.- El obispo abre y levanta las manos al ancho de los
hombros y la altura de la cabeza mientras dice: “Benedicat vos omnipotens Deus”
(La bendición de Dios todopoderoso).
5.- Une las manos nuevamente, toma con la mano izquierda el
báculo y dice “Pater, et Filius, et Spiritus Sanctus” (Padre, Hijo, y Espíritu
descienda sobre ustedes), mientras traza una cruz en la mención de cada Persona
Santa.
En el caso de los sacerdotes, la Instrucción General del
Misal Romano dispone que deben de extender las manos y saludar al pueblo
diciendo “El Señor esté con ustedes”, a lo que el pueblo responde: “Y con
tu espíritu.” Tras ello, el sacerdote debe unir las manos, e inmediatamente
poner la mano izquierda sobre el pecho y elevar la mano derecha,
agregando: “La bendición de Dios todopoderoso” y, mientras traza el
signo de la cruz sobre el pueblo, proseguir: “Padre, Hijo, y Espíritu
Santo, descienda sobre ustedes” .
En algunos manuales de liturgia, no obstante, señalan que en
palabras “La bendición de Dios todopoderoso” el sacerdote debe abrir y levantar
las manos al ancho de los hombros y la altura de la cabeza. Ello, porque el
Evangelio de Lucas describe que nuestro Señor, antes de ascender al cielo,
bendijo a sus discípulos “levantando las manos”.
Esto sí estaba prescrito en la forma tradicional, pero en la
nueva forma no dice nada.
En esos manuales se indica, también, que el singo de la cruz
de la bendición debe hacerse sólo al mencionar al Hijo. Es decir, que mientras
se menciona al Padre y al Espíritu Santo las manos deben de estar juntas. La
razón que se aduce es que fue por Él que fuimos salvados en el sacrificio de la
cruz. Señalan que una prueba de ello es que los libros litúrgicos ponen una
cruz después de que está escrito “y del Hijo”.
Las rúbricas no indican nada, e incluso en misas de la forma
tradicional se traza la cruz mientras se mencionan a las Tres Personas, y no
solo cuando se menciona al Hijo.
Cuándo estamos recibiendo la bendición del Sacerdote, debemos santiguarnos haciendo la señal de la cruz?
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