Para revestir el amito, el sacerdote debe de colocarlo primero sobre su cabeza, luego lo baja a sus hombros. Lo amarra por la cintura y se lo ajusta en el alzacuellos para que no se vea.
Mientras el sacerdote se reviste con el amito dice la siguiente oración:
Impone, Domine, capiti meo galeam salutis, ad expugnandos diabolicos incursus.
Lo que puede traducirse como “Pon, Señor, sobre mi cabeza el casco de salvación, para rechazar los asaltos del enemigo”.
Aquí un video del Papa Benedicto XVI revistiéndose con el amito.
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