En la catedral de cada diócesis se encuentra la cátedra o trono del
obispo. En ella únicamente se puede sentar el obispo diocesano o a quien éste
se lo permita. Un obispo de otra diócesis no puede usar la cátedra. Para eso
utilizan una silla especial llamada “faldistorio pontificio” o “pontificaleta”.
De ahí se decía que se podía “celebrar al trono” o “celebrar
al faldistorio”
Las misas papales siempre se celebran “al trono”, porque la
jurisdicción del papa es suprema. Los cardenales, salvo cuando están en Roma,
también celebran “al trono”. Un arzobispo también puede celebrar “al trono” en
las catedrales de las diócesis sufragáneas de su arquidiócesis.
Cuando un obispo celebra en su catedral debe de usar el
faldistorio en algunos ritos particulares, como en las ordenaciones, en las que
predica, recibe las promesas e impone las manos en un faldistorio colocado
frente al altar.
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