Al hablar de la comunión del papa en su trono, hay que traer
el recuerdo de que en sus últimos años san Juan Pablo II no podía subir al
altar. Por este motivo, como lo prevé el Ceremonial de Obispos, presidía las
misas aunque no las celebraba. Quien las celebraba era el entonces Decano del
Colegio Cardenalicio, Joseph Card. Ratzinger. En estas ocasiones, el Card.
Ratzinger le llevaba la comunión al papa hasta la sede que había sido colocada
a nivel del piso. El santo polaco, pese a sus dificultades motorices, se ponía
de rodillas en un reclinatorio y recibía el Cuerpo del Señor.
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