El calendario litúrgico no sigue el año natural. A finales de este mes terminará el actual año litúrgico.
La determinación del año litúrgico es bastante compleja, porque coincide un calendario lunar y uno solar.
Con base en el calendario solar se determina, en primer lugar, la Solemnidad de la Natividad del Señor, que invariablemente es el 25 de diciembre. A partir de esta fecha se fija el Tiempo de Adviento. El domingo anterior al 25 de diciembre es el IV de Adviento. A partir de ahí se cuentan tres antes y se determina el I Domingo de Adviento, que es el inicio del año litúrgico.
También con base en el calendario solar se determinan las solemnidades, fiestas y memorias fijas del año, aquéllas que tienen un día determinado: el 24 de junio la Natividad de San Juan Bautista, 29 de junio los Apóstoles Pedro y Pablo, o el 8 de diciembre la Solemnidad de la Inmaculada, por ejemplo.
Hay que señalar que algunas de estas fechas pueden ser variadas de país a país, de acuerdo a las Conferencias Episcopales. Por ejemplo, hay países en donde la Epifanía se celebra fijamente el 6 de enero con independencia del día de la semana. En otros países, la Epifanía será domingo siguiente al 1º de enero. Así, una misma solemnidad puede celebrarse en dos días distintos dependiendo del país.
Estas conmemoraciones pueden ser omitidas un año, cuando caen en domingo. Eso sucede si se trata de una memoria. Pero si es una fiesta o una solemnidad, tienen precedencia sobre el domingo.
Por su parte, con base en el calendario lunar se determina la Pascua. El domingo en el que sea la primera luna llena de primavera es el Domingo de Resurrección. La semana anterior es Semana Santa, y los 40 días anteriores conforman en Tiempo de Cuaresma. Los cincuenta días después del Domingo de Resurrección constituyen el Tiempo de Pascua que concluye con Pentecostés.
También con base en el calendario lunar se determinan algunas fiestas y solemnidades móviles, como la Santísima Trinidad. Corpus Christi, Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote o el Sagrado Corazón de Jesús.
La determinación de la Cuaresma, la Semana Santa, y de las fiestas móviles puede hacer variar, a su vez, el calendario de las memorias de los santos. Si una solemnidad móvil (Corpus, por ejemplo) cae en el día en que se festeja a un santo, ese año no se festeja al santo. O si una solemnidad cae en Semana Santa, la solemnidad debe de recorrerse a otro día.
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