El martes el papa Francisco celebró una misa por el eterno
descanso de los cardenales y obispos fallecidos en el último año en la Basílica
de San Pedro. Quiero comentar dos peculiaridades de esa celebración.
Primero: se usaron ornamentos rojos y no morados o negros,
como sucede normalmente en las misas de difuntos. Eso se debe a que en las
misas de difuntos por los cardenales y por el papa se usa el color rojo.
Segundo: durante la ceremonia se pudo ver que en el altar de
la Cátedra de San Pedro había únicamente seis velas y no siete, como suele ser
en las misas que preside el papa o el obispo diocesano. Eso se debe a una
razón: durante las misas de difuntos no se usa la séptima vela, según una
antigua tradición ya recogida en el Ceremonial de Obispos de 1886.
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