El alba es una prenda larga de lino o algodón que utiliza el
sacerdote, el diácono y los demás ministros del altar en las celebraciones
litúrgicas. Se llama así por ser de color blanco (el blanco en latín es albus).
Su origen está en la “tunica talaris” romana.
Para las grandes fiestas y solemnidades, desde el siglo X
los márgenes de las mangas y la parte inferior se han adornado con deshilados o
con encaje. Debajo del encaje puede verse la sotana coral del celebrante, de
forma que se puede apreciar el color negro, violeta, rojo o blanco de la
sotana. El Papa Benedicto XVI utilizó muchas albas con encaje en su
pontificado. Algunas llevaban encaje en hilo de oro.
Sin embargo, tras el Concilio Vaticano II muchos sacerdotes
consideran que el encaje es un adorno reaccionario y han optado por omitirlo y
usar siempre albas simples. En alguna ocasión, algún seminarista ha sido
expulsado de su centro de formación por la única razón de usar un alba con
encaje.
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