Mientras el sacerdote se reviste la casulla dice la
siguiente oración:
“Dómine, qui dixísti: Iugum meum suáve est et onus meum
leve: fac, ut istud portáre sic váleam, quod cónsequar tuam grátiam. Amén.”
Lo que puede traducirse como: “"Señor, que dijiste: ‘Mi
yugo es suave y mi carga ligera’: haz que lo lleve de tal manera que alcance tu
gracia. Amén”.
De esta oración se desprende que la casulla simboliza el
yugo del Señor. A partir de este simbolismo, el papa Benedicto XVI en la Misa Crismal
de 2007 explicó este significado en su homilía:
“Llevar el yugo del Señor significa ante todo: aprende de
Él. Estar siempre dispuestos a asistir a la escuela de Jesús. De Él debemos
aprender la pequeñez y la humildad –la humildad de Dios que se muestra en su
ser hombre.
Algunas veces quisiéramos decirle a Jesús: Señor, tu yugo no
es para nada ligero. Más bien, es tremendamente pesado en este mundo. Pero al
mirarlo a Él que ha cargado con todo, que en sí ha probado la obediencia, la
debilidad, el dolor, toda la oscuridad, entonces todos nuestros lamentos se
apagan.
Su yugo es el de amar con Él. Y mientras más lo amamos, y
con Él nos convertimos en personas que aman, más ligero se vuelve nuestro yugo
aparentemente pesado.
Oremos para que nos ayude a ser junto con Él personas que
aman, para experimentar así siempre más cuán bello es portar su yugo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario