En la Misa de Medianoche de Navidad, Mons. Guido Marini tuvo
un hermoso gesto. Unos niños vestidos con traes típicos habían acompañado la
procesión del papa hacia el Pesebre puesto en la Basílica de San Pedro con
flores y, al llegar ahí, una vez que se había acostado la imagen del Niño
Jesús, los infantes habían colocado las flores a sus pies.
Al terminar se retiraban guiados por los ceremonieros,
mientras el Santo Padre colocaba incienso para venerar la imagen. Cuando esto
sucedía, Mons. Guido Marini dejó su función de supervisar un segundo, para
detener el camino de los ceremonieros y los niños, y pedirles que permanecieran
ahí.
El Santo Padre incensó la imagen y, al terminar, Mons.
Marini (y no un diácono o un acólito) se acercó y le quitó el turífero, con lo
cual le desocupó las manos. A la vez llamó a los niños, que se pusieron acercar
al Romano Pontífice para ser besados y bendecidos.
Les dejo un vieo del momento.
Hola, hoy en la misa de epifanía en el altar había una copa de cristal con agua, eso no tiene nada que ver con la liturgia, digo, si estaba allí era porque alguien o el papa tenía sed, no ?
ResponderEliminar