martes, 8 de abril de 2014

El Domingo de Ramos

El próximo domingo es Domingo de Ramos de la Pasión del Señor. El Santo Padre lo celebrará en la Plaza de San Pedro. La ceremonia comienza en el obelisco que se encuentra en el centro de ésta. Es un lugar significativo. Aunque muchos no lo sepan, en la parte más alta de éste se encuentra el pedazo de la Cruz de Cristo (o lignum crucis) más grande del mundo. Por eso está inscrito en la parte inferior del obelisco: “Ecce Crucem Domini! Fugite partes adversae! Vicit Leo de tribu Iuda, Radix David!”, que se puede traducir como “¡He aquí la cruz del Señor!
¡Huid fuerzas enemigas!
Ha vencido el León de Judea,
¡La raíz de David!”


En ese lugar se lee el pasaje del Evangelio que recuerda la entrada triunfal de Nuestro Señor en Jerusalén. Una vez que se ha leído, inicia una procesión hacia el altar colocado junto a la puerta de la Basílica de San Pedro. Durante la procesión todos llevan las palmas en la mano. El Santo Padre lleva un ramo en vez de la férula y viste capa pluvial roja.


Al llegar al altar comienza la misa, pero con la oración colecta. Es decir, el rito penitencial se suprime este día. Tras la colecta se lleva a cabo la liturgia de la palabra. En Evangelio se lee la Pasión del Señor de acuerdo al año litúrgico. Este año será el de San Mateo por estar en el ciclo A.

Sobre la lectura de la Pasión llamo la atención en tres cosas. Primero, que no acompañan los cirios y el incienso la procesión del Evangeliario, como se hace habitualmente. Segundo, que no se hace el saludo “El Señor esté con ustedes” antes de la lectura del Evangelio. Tercero, que no se dice “Lectura del Santo Evangelio según san Mateo”, sino “Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo”.

Hago estos comentarios porque creo que puede ser de mucha utilidad para todos los que van a participar en su parroquia este domingo en esa celebración. No solo sirve para lo que suceda en Roma con el papa. Todos podemos cumplir estos cambios litúrgicos ese día.


La Pasión suele leerse a tres voces: una es el narrador, otra Jesucristo, y la tercera lee lo que dicen todos los demás (Pilatos, Caifás, etc.). Esto le da mucha viveza a la lectura.

En el caso de la liturgia papal, no se lee, sino que se canta a tres voces por tres diáconos. Les pongo el link de cómo se escuchará. Se trata de la Pasión de San Lucas; no encontré la de San Mateo.

Tras la lectura de la Pasión, la misa sigue como de costumbre.


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