martes, 30 de diciembre de 2014

Mons. Marini y los niños


En la Misa de Medianoche de Navidad, Mons. Guido Marini tuvo un hermoso gesto. Unos niños vestidos con traes típicos habían acompañado la procesión del papa hacia el Pesebre puesto en la Basílica de San Pedro con flores y, al llegar ahí, una vez que se había acostado la imagen del Niño Jesús, los infantes habían colocado las flores a sus pies.

Al terminar se retiraban guiados por los ceremonieros, mientras el Santo Padre colocaba incienso para venerar la imagen. Cuando esto sucedía, Mons. Guido Marini dejó su función de supervisar un segundo, para detener el camino de los ceremonieros y los niños, y pedirles que permanecieran ahí.

El Santo Padre incensó la imagen y, al terminar, Mons. Marini (y no un diácono o un acólito) se acercó y le quitó el turífero, con lo cual le desocupó las manos. A la vez llamó a los niños, que se pusieron acercar al Romano Pontífice para ser besados y bendecidos. 

 Les dejo un vieo del momento.
 

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Las cuatro misas de navidad



Las cuatro misas de navidad tiene su origen en las misas estacionales que se celebraban por el Papa en una determinada iglesia de Roma, que se llamaba iglesia estacional y así se indicaba en todos los misales hasta el Concilio Vaticano II.

La gran estación de la Natividad es la Basílica de Santa María la Mayor, por un vínculo  con las reliquias del Pesebre de Belén donde nació el Salvador, que así se veneran.  En efecto, los del Pesebre están expuestos en una urna regalada por España ya que los Reyes de España son Patronos y canónigos honorarios de la Basílica de Santa María Mayor.

Además, debajo de la Basílica está una capilla más antigua que contiene tierra y piedras de la gruta de Belén llevadas a Roma junto con el cuerpo de San Jerónimo.

Pues bien, era costumbre en Roma que el papa celebraba una primera misa en el altar mayor Basílica de Santa María la Mayor, terminada la cual se rezaban los maitines. A esa se le llamaba “misa de la vigilia”.

Después de esa misa, se celebraba una segunda en Santa María la Mayor, pero no en el altar mayor sino en la capilla “del pesebre” (statio ad Sancta Mariam Maiorem ad Praesepe) que se llamaba “misa de noche”.

La misa de medianoche también es conocida como misa de gallo porque se debía celebrar "mox ut gallus cantaverit", es decir, “en seguida de cantar el gallo. A esta misa le seguía el canto de las laudes.

Después de esta segunda misa,  había una tercera celebrada por el Papa para los griegos en la Iglesia de Santa Anastasia, a la que ellos tenían especial devoción y cuya fiesta celebraban en esa fecha. A esta se le llamaba misa de la aurora. Con el pasar del tiempo, esa misa de la aurora se trasformó en celebración plenamente navideña.

Por último, el Papa presidía otra solemne Eucaristía en la Basílica de santa María la mayor, ya de día y conocida como “misa del día”.

En un principio la misa de la aurora no era una misa propiamente navideña, y por eso solo había tres misas de navidad. Es por esta razón que algunos autores medievales lo interpretaron como una celebración del triple nacimiento del Señor: la generación eterna del Padre, el nacimiento temporal de María Virgen y el nacimiento por gracia en el alma de los justos.

Esta costumbre de la Iglesia de Roma pasó a toda la cristiandad, y el misal actualmente prevé las cuatro misas de navidad, así como la posibilidad de rezar el oficio de lecturas después de la misa de la vigilia y antes de la misa de medianoche. Cada una de las misas tiene lecturas y oraciones distintas.

martes, 23 de diciembre de 2014

La misa papal de navidad


Una vez que se ha proclamado el Anuncio de la Navidad o Calenda, el Santo Padre entra en procesión a la Basílica de San Pedro mientras suenan las trompetas de plata y el Tu es Petrus. Al llegar al altar, el coro de la Capilla Sixtina entona el introito de la misa, que es tomado del Salmo 2: Filius meus est tu ego hodie genui te (Tu eres mi hijo, yo te he engendrado hoy).

La misa se desarrolla como de costumbre hasta el Gloria, durante el cual, el Romano Pontífice desciende del altar y recibe una imagen del Niño Jesús de un diácono, y lo coloca sobre la cuna que se ha preparado justo frente al altar. Puesto ahí, lo inciensa.

Tras la proclamación del Evangelio, el diácono lleva el Evangeliario al papa, quien lo besa y bendice al pueblo con él. Una vez hecho esto, el diácono lleva el Evangeliario al lugar en donde se encuentra la imagen del Niño Jesús, y lo coloca abierto en un facistol justo detrás de la cuna, donde permanece el resto de la misa.

Durante el Credo, el papa y todos los clérigos se arrodillan durante las palabras “y por obra del Espíritu Santo nació de Santa María Virgen y se hizo hombre”.


La misa continúa como de costumbre. Tras la bendición final, las trompetas del plata vuelven a sonar, y se entona el Adeste Fideles. El Santo Padre deja la férula y toma en sus brazos la imagen del Niño de la cuna, y acompañado por algunos niños que llevan flores, la lleva en procesión hasta el nacimiento que se preparó dentro de la Basílica de San Pedro. Ahí se la entrega a un diácono, quien la coloca en el pesebre. Tras ello, los niños ponen las flores que llevaban como ofrenda a los pies del niño, y a continuación el Papa inciensa el nacimiento. Hecho esto se retira a la sacristía.

lunes, 22 de diciembre de 2014

El cómputo del tiempo en el Anuncio de Navidad


Me preguntaban por qué el Anuncio de la Natividad empieza con las palabras “Octava Calenda de Enero”. Pues bien, intentaré responder esa cuestión.

El texto está tomado del Martirologio Romano y en ese libro las fechas, además de ponerse de acuerdo a nuestra numeración del tiempo, se ponen en conforme al calendario de la antigua Roma.

En ese calendario romano, había días de cada mes que tenían un nombre. Los días 1 de cada mes se llamaban “calendas”. De ahí surgió la palabra calendario. Por regla general los días 5 eran llamados “nonas” y los 13, idus (salvo en marzo, mayo, julio y octubre, que eran, respectivamente los días 7 y 15). A partir de estos nombres, se podía designar los demás días, indicando los días que faltaban para un día con nombre. Por ejemplo, para decir 4 de febrero se decía “segundo nona de febrero”, es decir, el día segundo antes del día nona de febrero.

De esta forma, después del día 13 de un mes los días se indicaban mencionando el número de jornadas que quedaban para el inicio del siguiente. Así, el 25 de diciembre, por ser posterior al 13 debe de nombrarse indicando el nombre del siguiente mes.

Si el 1º de enero es el “calendas de enero”, para decir 25 de diciembre hay que contar cuántos días desde el 25 de diciembre faltan para el 1 de enero, que son 8.

Así pues, el 25 de diciembre, de acuerdo al calendario de la antigua Roma es el “octavo calendas de enero”, y por eso empieza así el pregón navideño.

Después de indicar el nombre del día conforme al calendario romano, se indica el número de día de acuerdo al calendario lunar, propio de los judíos, señalando en qué luna nos encontramos. El número de luna varía cada año, pues no corresponde el ciclo de la luna al del sol. Pero para poder anunciarlo en el pregón, hay que conocer la fecha de la última luna nueva y, a partir de ello, se cuentan los días que han pasado desde la última luna nueva hasta el 25 de diciembre.

Por ejemplo, en 2012 habían pasado 11 días desde la luna nueva y se cantó “luna undécima”, y el 2010 habían pasado 19 días y se cantó “luna decima nona”, y el año pasado “vicésima segunda”


Con base en estas formas antiguas de calcular el tiempo es que se inicia la proclamación o anuncio de la Natividad del Señor en la liturgia.

viernes, 19 de diciembre de 2014

El Anuncio de Navidad


A menos de una semana de la Navidad, vamos a explicar la celebración de esa solemnidad.

La Santa Misa de la Solemnidad de la Natividad del Señor que celebra el Santo Padre en la Basílica de San Pedro en los últimos instantes del 24 de diciembre, comienza con el canto del Anuncio de Navidad justo antes de que inicie la procesión de entrada.

El Anuncio de Navidad o Calenda (por sus primeras palabras), es un texto que se encuentra en el Martirologio Romano, y que puede ser cantado o leído antes de la misa en todas las iglesias del mundo, a manera de pregón navideño.

Este anuncio permaneció vivo durante muchos siglos en los monasterios, en donde significaba el último instante del Adviento, y también en la liturgia papal. Desde 2001 ha vuelto a ser propuesto por el Martirologio Romano para todas las celebraciones.

Este pregón, que se canta o se proclama con solemnidad, es un compendio de la historia de la humanidad que espera la salvación realizada en Cristo. Como un último grito del Adviento realizado se contemplan la creación, la alianza y la promesa de salvación que, tras el diluvio, se concreta en la llamada al patriarca Abraham y el éxodo del Pueblo acaudillado por Moisés. El texto litúrgico incorpora la vocación de todos los pueblos con una interesante referencia al calendario de los griegos y romanos, culturas en la que se acogió históricamente el acontecimiento de la Encarnación

Como aceptación de la Verdad es costumbre hacer una genuflexión al final del Solemne Anuncio, para expresar la adoración de la comunidad cristiana ante el insondable Misterio de Cristo: Dios asume la realidad de nuestra carne.

El texto de la Calenda en español es el siguiente:

“Octava Calenda de Enero. Segunda luna [cambia cada año esta última frase]. Habiendo transcurrido innumerables años desde la creación del mundo, cuando en el principio Dios creó el cielo y la tierra y formó al hombre a su imagen; pasados siglos y siglos desde que, tras el diluvio, el Altísimo puso en las nubes su arco como signo de alianza y paz; en el siglo veintiuno desde que Abraham, nuestro padre en la fe, salió de Ur de los Caldeos; transcurridos trece siglos desde que el Pueblo de Israel fue guiado por Moisés para salir de Egipto; cerca del año mil desde que David fue ungido rey; en la sexagésima quinta semana de la profecía de Daniel; en la centésima nonagésima cuarta Olimpíada; en el año setecientos cincuenta y dos desde la fundación de Roma; en el año cuadragésimo segundo del imperio del César Octaviano Augusto, estando todo el mundo en paz, Jesucristo, eterno Dios e Hijo del Eterno Padre, queriendo santificar el mundo por su advenimiento, fue concebido por obra del Espíritu Santo, y transcurridos nueve meses después de ser engendrado, en Belén de Judea nació de la Virgen María hecho hombre. Natividad de Nuestro Señor Jesucristo según la carne.”

El texto en latín es el siguiente:

“Octavo Kalendas ianuarii. Luna secunda.
Innumeris transactis sæculis a creatione mundi, quando in principio Deus creavit cælum et terram et hominem formavit ad imaginem suam; permultis etiam sæculis, ex quo post diluvium Altissimus in nubibus arcum posuerat, signum fœderis et pacis; a migratione Abrahæ, patris nostri in fide, de Ur Chaldæorum sæculo vigesimo primo; ab egressu populi Israël de Ægypto, Moyse duce, sæculo decimo tertio; ab unctione David in regem, anno circiter millesimo; hebdomada sexagesima quinta, iuxta Danielis prophetiam; Olympiade centesima nonagesima quarta; ab Urbe condita anno septingentesimo quinquagesimo secundo; anno imperii Cæsaris Octaviani Augusti quadragesimo secundo; toto Orbe in pace composito, Iesus Christus, æternus Deus æternique Patris Filius, mundum volens adventu suo piissimo consecrare, de Spiritu Sancto conceptus, novemque post conceptionem decursis mensibus, in Bethlehem Iudæ nascitur ex Maria Virgine factus homo: Nativitas Domini nostri Iesu Christi secundum carnem.”


Les dejo un video de la proclamación de la Calenda en la Basílica de San Pedro.


jueves, 18 de diciembre de 2014

Rosa de Oro de la Virgen de Guadalupe

Me preguntaban por las Rosas de Oro entregadas por el beato Pablo VI y por el Santo Padre Francisco.  Estas son:

El beato papa Pablo VI entregó las siguientes:

-Nuestra Señora de Fátima, Portugal (1965)
-Nuestra Señora de Guadalupe, México (1966)
-Nuestra Señora de Aparecida, Brasil (1967)

El papa Francisco, hasta donde tengo conocimiento, solamente ha entregado una, a Nuestra Señora de Guadalupe en 2013, misma que fue recibida en noviembre del año pasado.


Les dejo una foto de la segunda Rosa de Oro de la Morenita del Tepeyac, así como del S.E.R. Norberto Cardenal Rivera con el rosal.



miércoles, 17 de diciembre de 2014

La Rosa de Oro




Como hemos hablado de rosas de metales preciosos y del color rosa de los ornamentos, es oportuno tratar el tema de la “Rosa de Oro”

La Rosa de Oro es una condecoración otorgada por el Papa desde León IX en 1049. El papa se la envía a católicas prominentes, usualmente las reinas católicas. Con el tiempo también se le empezó a enviar a las advocaciones de la Santísima Virgen, que es la Reina del Cielo.

Como su nombre indica, consiste en un rosal de oro con flores, botones y hojas, colocado en un vaso de plata renacentista en un estuche de oropel con el escudo papal.

El Papa la bendice el cuarto domingo de Cuaresma, que es el Domingo Laetare y se usan ornamentos rosas. La unge con el Santo Crisma y se la inciensa, de modo que es un sacramental.

Antiguamente la ceremonia se celebraba en el Palacio de Letrán, residencia habitual de los papas, desde donde el Pontífice llevando la tiara en la cabeza, montado a caballo y acompañado por el Sacro Colegio y el pueblo romano, llevaba la Rosa bendita a la iglesia "estacional" que era la de Santa Cruz de Jerusalén. 

Hoy toda la ceremonia se realiza en los palacios  apostólicos del Vaticano, por lo que la ceremonia no suscita ya tanto el entusiasmo popular.  

Una vez que la bendice con crisma lo envía a la advocación mariana o a la reina correspondiente, aunque en la actualidad ya no se ha hecho a ninguna monarca, sino solo a la Reina del Cielo.

Algunas de las soberanas que recibieron la Rosa de Oro son:

-María Pía de Saboya, Reina de Portugal, en el día de su bautismo (Pío IX, era su padrino, 1849).
-Isabel II por Pío IX en 1868.
-María Cristina de Austria, Reina Regente de España (León XIII; 1886).
-Isabel I de Brasil por León XIII, por liberar a los esclavos en 1889.
-Victoria Eugenia, consorte de Alfonso XIII en 1914 por Benedicto XV.

En cuanto a las advocaciones marianas, la lista de los dos pontificados precedentes es la siguiente.

Juan Pablo II:
-Santuario de Jasna Góra, Polonia (Juan Pablo II; 1979)
-Santuario de Knock, Irlanda (Juan Pablo II; 1979)
-Nuestra Señora de Luján, Argentina (Juan Pablo II; 1982)
-Santuario de Matka Boża Kalwaryjska, Polonia (Juan Pablo II; 1987)
-Nuestra Señora de la Evangelización en Lima, Perú (Juan Pablo II; 1988)
-Nuestra Señora de la Concepción del Sameiro, Portugal (Juan Pablo II; 2003)
-Oratorio de San José, Quebec, Canadá (Juan Pablo II; 2004)
-Nuestra Señora de Lourdes, Francia (Juan Pablo II; 2004)

Benedicto XVI:
-Nuestra Señora de Jasna Gora, Częstochowa, Polonia (2006)
-Nuestra Señora de Aparecida, Brasil (2007)
-Basílica de Mariazell, Austria (2007)
-Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, Estados Unidos (2008)
-Nuestra Señora de Bonaria, Cagliari, Italia (2008)
-Nuestra Señora de Pompeya, Campania, Italia (2008)
-Nuestra Señora de Europa, Gibraltar (2009)
-Virgen de la Cabeza, Jaén, España (2009)
-Nuestra Señora de Ta 'Pinu (2010)

-Nuestra Señora de Fátima (2010)