lunes, 8 de diciembre de 2014

Capilla papal III


Decíamos que en las Capillas Papales el Santo Padre entraba a la Basílica de San Pedro mientras sonaba una fanfarria tocada por trompetas de plata.

Al frente de la procesión iba la cruz procesional acompañada por siete velas y un turiferario. Atrás, un subdiácono portaba el Evangeliario. Después iban los cardenales, obispos, y demás prelados que se compone la “capella pontificia”, revestidos de acuerdo a su rango, y en el orden de precedencia establecido. Al final de la procesión el Papa era en la silla gestatoria acompañado de los dos flabelos a cada lado.

Durante la procesión de entrada el papa vestía la falda, el amito, el alba, el cíngulo, la cruz pectoral, la estola, el manto (ornamento similar a la capa pluvial), así como la tiara.

Estaba acompañado por un séquito que incluía la Guardia Suiza con sus uniformes coloridos y miembros de la nobleza romana en vestido formal de la corte. A veces, un dosel se llevó por encima del papa. El decano de la Rota llevaba la mitra preciosa

El Papa era recibido en la puerta por los canónigos de la Basílica de San Pedro encabezados por el Cardenal Arcipreste de la Basílica y se dirigía a la capilla del Santísimo, donde se arrodillaba brevemente, apoyado en un reclinatorio, para adorar al Santísimo Sacramento.

Tras ello iba al altar de San Gregorio. En ese momento se cantaban los salmos de la Hora Tercia, mientras el Santo Padre se quitaba el manto papal y la estola y se quedaba solo con la falda, el amito, el alba, y  el cíngulo, y se revestía con los ornamentos para la misa, con el pectoral, la estola, la tunicela, la dalmática, la casulla, el fanón, el palio, la mitra,  y el anillo del pescador.


Tras ello le daba el beso de la paz a los últimos tres cardenales presbíteros y se dirigía al altar mayor para celebrar la misa.

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