Continuamos con la tercera y última parte del rito del
consistorio para crear nuevos cardenales.
Una vez que juraron obediencia, como comentábamos ayer, el
Sumo Pontífice pronuncia la fórmula de imposición del capelo cardenalicio:
Ad laudem omnipotentis Dei
et Apostolic. Sedis ornamentum,
accipite biretum rubrum,
Cardinalatus dignitatis insigne,
per quod significatur usque ad sanguinis effusionem
pro incremento christian. fidei,
pace et quiete populi Dei,
libertate et diffusione Sanctae Romanae Ecclesiae
vos ipsos intrepidos exhibere debere.
Cuya traducción es la siguiente:
Para la gloria de Dios y el Todopoderoso
y para honor de la Sede Apostólica,
reciban la birreta roja como un signo de la dignidad de
cardenalato, significando su disposición
para actuar con valentía, incluso hasta el
derramamiento de su sangre, por el incremento
de la fe cristiana, por la paz y la
la tranquilidad del pueblo de Dios y para
la libertad y el crecimiento de la
Santa Iglesia Romana.
Y uno a uno se acercan los cardenales y el papa les impone
el capelo cardenalicio.
Cuando se encuentran arrodillados frente a él, les pone el
anillo cardenalicio en el dedo anular de la mano derecha. Anteriormente la
entrega del anillo se realizaba al día siguiente, durante la Santa Misa que
concelebraban los neo-cardenales con el papa. Pero a partir del Consistorio de
2012, se incorporó al rito del consistorio.
Al entregarles el anillo, el Santo Padre les dice:
Accipe anulum de manu Petri
et noveris dilectione Principis Apostolorum
dilectionem tuam erga Ecclesiam roborari.
Cuya traducción es:
Recibe el anillo de la mano de Pedro
y sabe que tu amor por la Iglesia
se ve reforzada por el amor del príncipe
de los Apóstoles.
Antes de incorporarse, el nuevo cardenal recibe del papa la
bula de su creación y el otorgamiento del título o diaconía, mientras el
Pontífice le dice:
Ad honorem Dei omnipotentis
et sanctorum Apostolorum Petri et Pauli,
tibi committimus Titulum (vel Diaconiam) N.
In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti.
R. Amen.
Cuya traducción es:
Para el honor de Dios omnipotente
y de los santos Apóstoles Pedro y Pablo,
te encomendamos el título (o diaconía) de N.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
R./ Amén.
Finalmente, el Santo Padre los abraza mientras les dice:
Pax Domini sit semper tecum.
R. Amen.
Es decir, la Paz del Señor esté siempre contigo, a lo que
responde el cardenal: Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario