lunes, 3 de agosto de 2015

Tres clases de misa

Me han preguntado por las los diferentes tipos de misa que celebraba el papa antiguamente, e intentaré explicarlos en los siguientes días.

Con ese objeto hay que decir, en primer término, que antes del Concilio Vaticano II de forma ordinaria, y en la actualidad en la forma extraordinaria, hay tres tipos de misa: la rezada, la cantada y la solemne. A grandes rasgos, y sin entrar en detalles específicos, las características de cada una eran las siguientes:

En la misa rezada se encienden dos velas en el altar; al sacerdote lo ayudan uno o dos acólitos; no participa el diácono ni el subdiácono; no se usa incienso; y no se canta (de ahí el nombre de rezada).


En la misa cantada se encienden cuatro o seis velas en el altar; al sacerdote lo ayudan varios acólitos; tampoco participa el diácono ni el subdiácono; puede usarse incienso; y se cantan tanto el ordinario (partes que no cambian como Kyrie, Gloria, Credo o Sanctus) como el propio (oraciones que varían cada día como epístola, introito, etc.). Así suelen celebrarse las misas mayores de los domingos y solemnidades.



En la misa solemne se encienden seis velas en el altar; al sacerdote lo ayudan varios acólitos y deben asistirlo el diácono y el subdiácono. Hay que señalar que en caso de que no haya un subdiácono o un diácono, un presbítero puede fungir como diácono o subdiácono y se reviste con los ornamentos propios de este grado del orden. En estas misas se debe de usar incienso; se realiza el rito del beso de la paz; se canta el ordinario y el propio, y el subdiácono canta la epístola y el diácono el Evangelio. Así se celebra en las grandes solemnidades del año.



Dentro de las misas solemnes hay dos especies: la misa prelaticia y la misa pontificia.

La misa prelaticia es la que celebra un prelado que no ha sido consagrado obispo (abades, provinciales, etc.), o cuando celebra un obispo fuera de su diócesis. En estas misas, además del diácono y el subdiácono participa un sacerdote llamado “presbítero asistente” que se reviste con la capa pluvial. En caso de que el prelado tenga derecho a usar mitra y/o báculo, lo usa. El obispo que celebra una misa prelaticia solo usa la mitra. El prelado o el obispo se sienta en el faldistorio.




La misa pontifical es la que celebra un obispo en su diócesis, o en otra diócesis con la autorización del ordinario. El obispo siempre usa sus insignias pontificales, que las reviste sobre un altar. En estas misas no se usa el misal romano sino el Canon Missae Pontificalis y el obispo se sienta en el trono. A cada lado del obispo se sitúan dos diáconos llamados "diáconos de honor" que se revisten con sobrepelliz y dalmática, quienes tienen la función de atender al obispo. Además, siempre está presente un presbítero asistente.




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