El beato Juan Pablo II utilizó la férula que heredó de Juan
Pablo I, aquella elaborada por Lello Scorzelli para Pablo VI y que realmente
triunfó entre las otras.
Este mismo artista elaboró una propia para el papa Wojtyla,
pero sólo en raras ocasiones la utilizó en la década de los 80, como se aprecia
en esta foto.
El papa polaco también utilizó una férula antigua con motivo
de la clausura del Año Santo de 1983, una férula que tenía tres travesaños como
símbolo del papado y que, como hemos dicho, tiene origen medieval.
Pero, sin lugar a dudas, la férula de Pablo VI fue la más
utilizada. Tanto que se llegó a identificar como signo del papado. Una sombra
en la que se vea el travesaño con la curvatura hacia abajo es por todos
identificado como una referencia al papa. En muchos logotipos así se usa.
Pensemos en los viajes apostólicos.
Esta férula fue la que lució sobre su cadáver en los días de
exposición de la salma a los fieles en la basílica de San Pedro.
En los últimos años de su pontificado, no obstante, apenas
era utilizada. Cuando el Pontífice entraba o salía de una celebración iba en
empujado una plataforma o en una silla, sin poder llevarla debido al Parkinson
que sufría. El Maestro de Ceremonias únicamente se la acercaba en el momento en
que bendecía al pueblo.
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