jueves, 6 de marzo de 2014

El frontal del altar


El frontal (también conocido como antipendio, palio de altar o en latín antipendium, pallium altaris) es un accesorio que cubre todo el frente del altar. Su origen probablemente se puede remontar a las cortinas o velos que colgaban sobre el espacio abierto debajo del altar, para preservar las urnas de los santos por lo general depositadas allí. Más tarde, estas cortinas se convirtieron en un pedazo de colgadura que cubría todo el frente del altar y era suspendido de la mesa del altar.

Su material no está prescrito por las rúbricas. A veces se hace de metales preciosos, adornados con esmaltes y joyas, de madera, pintado, dorado, estampado en relieve, y, a menudo con cristales o de tela de oro, de terciopelo o de seda bordada, y en ocasiones enriquecido con perlas.


El antipendio puede ser adornado con imágenes, imágenes de Cristo, representaciones de algún hecho de su vida, o los que se refieren al misterio de la Eucaristía, o con los emblemas que se refieren de alguna manera con el Santísimo Sacramento (un cordero, un pelícano, el cáliz y la hostia, etc) También se pueden usar imágenes del santo en cuyo honor se dedica el altar a Dios, y los emblemas que se refieren a tal santo.

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