lunes, 9 de junio de 2014

Musica en los matrimonios


El sábado me tocó asistir a una boda. Los novios querían una ceremonia en la que se cuidaran los detalles. Pero a su manera. Pretendían innovar y demostrar un conocimiento musical. El resultado fue un desastre litúrgico. Pongo algunos ejemplos. Se cantó el Kyrie Eleyson de la Misa de Coronación de Mozart. Es una pieza hermosa. El problema es que no se puede tocar en las bodas, porque no se lleva a cabo el rito penitencial como en el resto de las misas. En las misas de matrimonio, la aspersión de agua bendita antes de la procesión de entrada hace las veces de rito penitencial. Por tanto, no se reza el Kyrie Eleyson o Señor ten Piedad. Les gustaba la misa de coronación, y pusieron su gusto por encima de las reglas litúrgicas.

Otro detalle: en vez de el Gloria se cantó el himno del Jubileo del año 2000. Esta composición empieza diciendo “Gloria a te, Cristo Gesù”. Tal vez por el desconocimiento del idioma italiano, y gustándoles la melodía, eligieron esa canción. Pero no es el himno de la Iglesia, el Gloria. Un aspecto que implica una dificultad en la música litúrgica es que hay que componer ciñéndose a un texto dado y que no puede variarse. Así lo han hecho los grandes compositores durante siglos. Pero si anteponemos la melodía a los textos litúrgicos hay un error. Este es el error que cometieron los novios, porque variaron la liturgia de la Iglesia por su gusto propio.

Mi consejo hubiera sido que, si les gusta la Misa de Coronación de Mozart, no se puede cantar el Kyrie, y no puedes usar el himno del Jubileo, usen el Gloria de la Misa de Coronación. Y si insistes en el himno del Jubileo, que se ejecute en la procesión de entrada, antes de la marcha nupcial.


La liturgia es patrimonio de la Iglesia, no del sacerdote celebrante, no de los contrayentes.

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