Si observamos cualquier foto de Mons. Guido Marini sirviendo
como ceremoniero, podremos notar que tiene las manos juntas conforme al modo
clásico: se une palma con palma, con todos los dedos unidos, y el pulgar
derecho cruzado sobre el izquierdo.
Sin embargo, si observamos a sus predecesores como Maestros
de Celebraciones Litúrgicas notaremos que no ponían las manos así, sino que
unían las palmas pero no los dedos, pues éstos se ponían sobre el costado de la
palma de la otra mano.
¿A qué se debe esto? Pues a que antes se distinguía entre
juntar las manos como posición del celebrante, y poner las manos en posición de
ceremoniero, como se ve a los monseñores Noé, Piero Marini y Camaldo en las
fotos que acompañan esta entrada.
Se decía que la posición de las manos unidas en la forma
clásica era para quien tenía el papel activo en la celebración, pero no para
quien ayuda o sirve durante ésta.
¿Por qué no sigue esta tradición Mons. Guido Marini? Pues
porque hay otra interpretación que señala que las manos juntas es una posición
que deriva del medievo, en donde los siervos juntaban las manos para ponerlas
entre las manos del señor, como un acto de presentación, homenaje y
servidumbre. Así pues, puede interpretarse que la forma en la que junta las manos
Mons. Marini es una acto de humildad de quien realiza un servicio.
El Arzobispo Piero Marini es liturgista, Mos. Guido Marini no lo es. Imagino que como a él le gusta seguir la tradición del medievo en casi todo, menos ahora con el Papa Francisco, pues prefiere hacerlo así.
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