martes, 13 de mayo de 2014

El besamanos a los nuevos sacerdotes

Es costumbre que, al final de una ordenación sacerdotal, los fieles se acerquen con los nuevos presbiterios y les besen las manos, porque acaban de ser consagradas. Me ha tocado hacerlo y aún huelen al perfume del santo crisma. Recordemos que, durante la consagración del aceite, el Jueves Santo, se le vierte perfume. Con este perfume el crisma tiene un buen olor, el buen olor de Cristo del que habla San Pablo. Así, a lo que se le pone el crisma (personas o altares) se identificará con Cristo, será de Él y para Él. 

Pero lo que quiero comentar es el gesto de besar las manos al nuevo sacerdote, porque el papa Francisco hizo ese gesto con aquéllos que había ordenando al final de la misa. Todo el mundo le besa la mano al Pontífice. Pero no se ve lo contrario habitualmente. 

Aquí les dejo la foto: 


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